sábado, 21 de mayo de 2011

Sonidos políticos en la Plaza de la Encarnación

Miles de personas continuaban anoche en la Plaza de la Encarnación de Sevilla. Durante el debate público un joven ha agarrado el micrófono y ha dicho textualmente: “voy a proponeros una metáfora: nos quedamos 15 segundos en silencio como para representar el tiempo en que nos hemos quedado dormidos y luego expresamos nuestra rabia con un grito que simboliza la manifestación de hoy.”

La dinámica silencio-grito es utilizada simbólicamente para enfatizar el momento y crear un ritual socio-político. En el silencio se crea cohesión, tensión, emoción y posibilidad de reflexionar. El silencio sacraliza el evento y exorcizando el periodo de astenia social anterior quiere ofrecer una reacción participativa a la sobrecarga cotidianas de informaciones. El vacío se materializa y, reivindicando una catarsis, una purificación del debate y de las practicas, acaba creando expresiones de participación política innovadoras.

La metáfora sonora impone por algunos segundos una vivencia del lugar extraordinaria: el uso social de juntarse en silencio choquea por su atipicidad dentro del contexto sevillano y de su cultura del ruido.

La etapa siguiente es, en efecto, la vuelta a la norma pero a través de la explosión colectiva de sonidos, la liberación sonora, la vibración del cuerpo y de las estructuras arquitectónicas, “las setas”, que trasforman la entera plaza en una caja de resonancia. Es la reapropiación del espacio acústico, que es espacio de información: es el momento de gritar. La resistencia social habla el leguaje sonoro de forma estratégica por la constatación de su expresividad y fuerza simbólica: es el desafío del grito mudo es la Encarnación del sonido en el debate político.


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